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26 octubre, 2007

¿feminismo sin rostro?

Releyendo la entrada anterior se me ocurre volver sobre el tema de la ausencia de “rostro” del feminismo. Las organizaciones sociales, los colectivos, son reconocidos socialmente por sus ideas pero también por las personas que los encarnan. Si uno quiere conocer o criticar a tal o cual sindicato sabe a quién dirigirse y el interpelado puede dar la respuesta por callada, pero en democracia eso también cuenta.

Todos tenemos opción de conocer los postulados y las personas que encarnan a los distintos partidos políticos, sindicatos, asociaciones de todo tipo, sean de víctimas del terrorismo o de lo que sean; podemos manifestar nuestro acuerdo o desacuerdo con ellos, criticarlos o ensalzarlos, pero si de verdad queremos establecer interlocución con el feminismo, a dónde nos dirigimos, si queremos conocer por qué tal o cual medida legislativa o tal propuesta cultura a quién interpelaremos, y si no hay respuesta por parte de nadie, a quién imputaremos ese silencio.

La crítica y el debate social es la característica más destacada de la democracia, es el mecanismo que permite poner de manifiesto las virtudes y defectos de las organizaciones sociales, es el derecho que todo ciudadano posee a manifestar sus opiniones y en última instancia un mecanismo que permite corregir los excesos y las desviaciones.

En nuestro país diversas personas han señalado el rotundo fracaso de la ley contra la violencia, al menos en el que debiera ser su objetivo primero, evitar las muertes de mujeres, sin que nadie se sienta interpelado. Sabemos quien impuso los criterios de la Ley aunque ahora tengamos que lo que nos queda es la callada por respuesta. Cientos de personas denuncian cada día el régimen de las separaciones matrimoniales siempre en perjuicio del hombre, pero como quien aúlla a la Luna.

En fin, quien de verdad esté interesado en mantener un diálogo, en confrontar ideas y opiniones sobre feminismo, igualdad o lo que sea, debe saber que enfrente sólo va a encontrar una nebulosa de silencio, un conjunto de personas y colectivos que tendrán suficiente con mover los hilos en determinadas ocasiones; por ejemplo a la hora de aprobar las leyes, pero a partir de ese momento diluirán su participación y por tanto su responsabilidad y desde luego eludirán contestar o debatir sobre todo aquello que no les guste.

Pero de ese modo están privando a los ciudadanos de un derecho fundamental, están privando a la sociedad del derecho legítimo que le asiste a exigir de quien ocupa cuotas de poder a responder y dar cuenta de sus actos. En una democracia como la nuestra esto no debiera ser posible. El porqué sucede esto en este tema es sólo la primera incógnita de las muchas que encierra el feminismo institucional y las políticas de igualdad en nuestro país.

4 comentarios:

  1. Anónimo11:23 p. m.

    *(Fran). Estoy totalmente de acuerdo con lo expuesto en este post. De hecho también existen voces desde hace ya algún tiempo que califican a la manera de hacer del feminismo institucional y político, como de fascista.

    Y es que así como el poder indiscutido e indiscutible es corrupto por naturaleza, instituciones como el instituto de la mujer donde desde su creación prevalece la política del pensamiento único en su manera de actuar y donde nunca hay alternancia de ideas o discusión habierta a otras sensibilidades, como digo, también se produce corrupción y no sólo económica, sino de las ideas sobre las que se sustenta actualmente y sobre las que se sustentaba en sus inicios. Corrupción también en sus objetivos e intereses, al principio de trabajo por la igualdad real entre hombres y mujeres; hoy ya da más la impresión de que busca privilegios para las mujeres y revanchismo contra los hombres, etc... muy triste!!!

    Un saludo compañeros y en especial a ti Diego, por tu tenacidad y constancia siempre loables.

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  2. Anónimo7:35 p. m.

    Por muchas asociaciones, colectivos u organizaciones que intervengan, al final el debate que realmente importa es el que ocurre en el parlamento. Creo que es irrelevante que haya alguien "moviendo los hilos" y que no esté claro quién es. Los únicos responsables de las leyes que se aprueban son los diputados que las votan, por lo tanto es a ellos a quienes hay que pedir cuentas. Y la única forma de hacerlo que al final importa es el voto

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  3. Aunque no tenga que ver con el tema de esta entrada, un enlace que quizás te interese:

    http://www.absurdistan.eu/informe111.pdf

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  4. Tienes razón pepito grillo en que la única responsabilidad de las leyes es la de quien las aprueba. En más de una ocasión he recordado que las leyes de género se están aprobando en su mayor parte por la unanimidad de las Cámaras, y en otros, son trasposición de las europeas.

    De todos modos no está mal, creo yo, recordar el modus operandi del feminismo,ni tampoco su responsabilidad en todos estos asuntos. Creo que si fuera manifiesto para todo el mundo como funcionan seguramente algo empezaría a cambiar. Lo que no puede ser es que un grupo social que determina un montón de leyes y de acciones de la Administración que se dice de todos, no aparezca cuando hay que rendir cuentas.

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