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27 junio, 2008

Ministerio de Igualdad

Las propuestas de la señora Aído: “miembra”, “teléfono para maltratadores”, “biblioteca para las mujeres”, están causando cierta alarma social que muchos atribuyen a la personalidad de la señora ministra. En mi opinión ninguna de esas propuestas es de su exclusiva invención, ni responde tampoco a pura improvisación, sino más bien a un estado de opinión mucho más generalizado de lo que quieren creer quienes se encuentran por primera vez hablando de estas cosas. No sólo la palabra miembra, también testiga e incluso feminario (como sustituto de seminario) son palabras que tanto desde el Instituto de la Mujer como en círculos feministas mayoritarios se vienen proponiendo en su batalla contra el sexismo del lenguaje, al menos tal como ellas entienden ese sexismo. Y otro tanto cabría decir de la idea de las bibliotecas para mujeres y de las propuestas para “cambiar la masculinidad”, asunto en el que, por lo visto, los únicos privados de voz y voto son los hombres.

Por eso creo que incurren en error quienes consideran que el problema se resolvería situando a otra persona al frente del Ministerio de Igualdad. Personalmente considero que el tema es muy otro, y que, mientras no cambie el paradigma con el que se está analizando este asunto, y se siga dando voz y voto a las personas y los colectivos que ya venían gozando de este privilegio en exclusiva, poco podrán cambiar las cosas y se estará institucionalizando una forma sesgada y sexista de enfocar los asuntos relativos a la igualdad. Concebir “la igualdad” como asunto de las feministas y concederles patente de corso para decir qué se haya de entender por tal, nos llevará una y otra vez sobre estas o parecidas propuestas. Por eso, en mi opinión, se hace necesario sacar este asunto de los círculos reducidos donde ahora se decide para abrirlos a la sociedad y, como no puede ser de otra manera, a la opinión de los varones a quien, por lo visto, hay que cambiar según un canon decidido por ellas.

25 junio, 2008

¿Segregación en las bibliotecas?

Según publica hoy el diario El País:

La ministra de Igualdad, Bibiana Aído, ha aclarado hoy que la "biblioteca por y para mujeres" que pondrá en marcha su departamento estará formada por libros dedicados "al estudio de género y al feminismo" pero estará abierta a hombres y mujeres. Aído ha respondido así a las palabras de ayer del ministro de Cultura, César Antonio Molina, quien aseguró que el ministerio que dirige "sólo hace bibliotecas para todos los españoles"

22 junio, 2008

De nuevo "miembra"

La ausencia de debate en torno al género y la igualdad está poniendo de manifiesto que la idea de dominación del varón y discriminación de la mujer está sostenida, al menos por alguno de sus conspicuos defensores, sobre ideas contrastadamente falsas, aunque quizá mejor sería decir que, algunas personas evitándose el esfuerzo de informarse prefieren repetir lugares comunes que se han demostrado falsos, o bien, toman por realidades incontrovertibles hechos y conceptos que sólo están en su cabeza.

Es la sensación que me queda después de leer a la señora Bao quien para sostener su idea del machismo del lenguaje prescinde del hecho de que en castellano existen las palabras: dentista, siquiatra, electricista, periodista, o que, para justificar la discriminación de la mujer se ve en la necesidad de negar la existencia de las palabras enfermero y azafato, ya que entiende que los equivalentes masculinos de azafata y enfermera, serían sobrecargo y ayudante técnico sanitario los cuales, por el único hecho de “masculinizarse”, se convertirían en una categoría de mayor prestigio.

Ahora el leer al señor García Ortega, (“Miembra, por fin” El País de 22/06/08) he pensado que quizá equivocando género -literario en este caso- confunde la realidad con la ficción y se olvida de que el rechazo a la palabra miembra nada tiene que ver con el sexo de las personas, sino con la coherencia o incoherencia de la lengua. Por si le quedase alguna duda puede leer en este sitio los comentarios de Anna, Carmen Mourenza o Elena, al tiempo que se informa de que no se trata de un epiceno sino de un sustantivo común.

Punto a partir del cual se vendría abajo toda esa clave de bóveda que para él parece representar dicho término, vocablo casi milagroso que lo explicaría todo, desde las diferencias salariales a la pederastia. Sí señor García Ortega, muchas mujeres, ilustradas y conocedoras de la lengua y de su condición de mujeres, rechazan la palabra miembra. A quien parece que le cuesta mucho entender el término en otra que no sea su segunda acepción, es a usted, si uno se toma la molestia de leer lo más significativo publicado estos días en relación con esta polémica.

Lo que me hace preguntarme: ¿cambiaría algo las cosas demostrarle a este señor que las mujeres no cobran menos que el hombre por el mismo trabajo? ¿Cambiaría algo las cosas mostrarle que puede que las mujeres estén infrarrepresentadas en los consejos de administración pero ocupan todos los primeros puestos de la cúpula judicial en Cataluña? Me supongo que no, vista la facilidad que muestra para, prescindiendo de la realidad, ligar el hallazgo por la ministra de la palabra miembra, con la dominación masculina, “la violencia de género (masculina)” (sic en su escrito) e incluso la pederastia.

Reírse de uno mismo puede ser un signo de inteligencia. Cuestionar el “género” propio, a condición de no autoexcluirse de entrada, higiénico y saludable, . Lo otro, lo que hace el señor García Ortega, no pasa del viejo juego servil de reírle la gracia a la señora ministra que: acierta incluso cuando se equivoca, es elegante cuando tiene un lapsus y encuentra el camino y vierte luz incluso sin querer.

13 junio, 2008

De nuevo el género (gramatical)

Si impresionante es la demostración de osadía que demuestra Mónica Bar en su artículo en asuntos de lengua, no menos lo es su intención de llevar al terreno del machismo y la discriminación cosas que sólo están en su cabeza, como la pretensión de que azafata y enfermera son sólo escalas inferiores de lo que ella cree son sus equivalentes masculinos: sobrecargo y asistente técnico sanitario.
Pero también cuando atribuye a machismo el uso del masculino en la denominación de profesiones como médico o ingeniero olvidando que, en la misma lengua, llevan conviviendo pacíficamente esas formas con otras como las de electricista, ebanista o siquiatra (como muy bien recuerda Carmen Mourenza en su comentario) y por ningún lado se perciba que ningún machista (¿o quizá debiera decir machisto?) haya exigido que se cambien por electrecisto, ebanisto o siquiatro.
El feminismo de género llevado de su ceguera de que todo lo existente en la sociedad y la cultura, por definición patriarcales, no puede ser más que machista y discriminatorio para la mujer, al final termina realizando análisis tan desenfocados y equivocados como éste del que hace gala la señora Bao Cendón, más lamentable si cabe por el tono entre prepotente y pontificador del que acompaña su escrito.

11 junio, 2008

Los hijos y la propiedad

Quizá la ventaja de los tiempos que corren esté en que al producirse un mayor número de pronunciamientos públicos por parte del feminismo y las feministas, además de inferir de los hechos lo que hubiera que entender por igualdad como hasta ahora sucedía, uno puede ir conociendo de forma expresa lo que esto significa para según qué feministas y qué corrientes del mismo. Por ejemplo, hoy la señora Luisa Castro nos ofrece en El País una inestimable lección de cómo concibe cierto feminismo la idea de igualdad y el papel del padre y la madre en relación con los hijos.

Aún cuando todo el artículo está sembrado de verdaderos hallazgos por ejemplo en el inicio cuando dice: Obviamente, una separación conlleva un desgarro para uno de los progenitores, el que se queda sin los hijos. El desgarro no es menor para la madre….”, es decir la pareja se compone de dos: un progenitor y la madre, para añadir a continuación: “la típica visión machista que considera a los hijos una propiedad privada y a la madre una rehén de la familia..” sin titubeo ni rubor, como si en nuestro país la norma no fuese que la custodia de los hijos y el domicilio conyugal se asigna en un 97% de los casos a la madre, sin que sea fácil precisar en qué porcentaje imputar esa responsabilidad al machismo de los jueces, la presión del feminismo de género o al efecto combinado de ambas cosas.

Pero resulta particularmente interesante cuando se pregunta: ¿Desde cuándo los hijos necesitan al padre y a la madre a partes iguales? Y sin solución de continuidad pasa a hablar de los derechos de la mujer revelando una vez más la concepción que late bajo toda su argumentación: en todo esto puede que haya varias partes, pero sólo una es sujeto de derechos: la madre. Del otro, del varón, del padre, lo que se puede decir más allá de tildarlo de acosador o maltratador es recurrir al ejercicio falaz e ignorante de referirlo al pater familias romano, árabe o protocristiano, como si ni la distancia histórica, ni la cultural hubiera que considerarlas, como si la custodia compartida no fuera el sistema actual y preferente de países como Suecia o Francia y hubiera que estar hablando siempre de lo que no es para seguir instalada en el privilegio.

Seguir insistiendo en el pater familias romano olvidando que la libertad de la que gozó la mujer en la Roma clásica no la volvería a alcanzar hasta los tiempos modernos, representa seguir jugando a la ignorancia, como lo es insistir en que lo único que separa a nuestra cultura de la musulmana son sólo los 14 kilómetros del estrecho de Gibraltar. Es cierto que este feminismo precisa de una imagen única y monolítica del hombre, un muñegote del cual colgar cualquier epíteto para luego mejor asaetearlo, pero no deja de ser el mismo juego pueril e ignorante de cualquier dictadorzuelo. Mezclar tiempos y culturas, en estos asuntos, es seguir jugando al juego mentiroso de a río revuelto ganancia de pescadores.

También la ministra de Igualdad nos esté indicando una nueva forma de rectificación en el asunto de las “miembras”, pues al tiempo que pide disculpas por su “lapsus” le recuerda a los miembros de la Academia que quizá quien modifique su criterio sea la propia RAE y no ella; y no le falta toda la razón si recordamos que, con ocasión de la Ley contra la violencia de género, se había solicitado a esta institución un dictamen sobre al susodicha denominación y aún cuando el dictamen fue contrario a la misma, eso no impidió que la denominación sea la que es y que su uso desde aquel momento se haya multiplicado exponencialmente hasta hacerlo casi imprescindible hoy.

10 junio, 2008

Cara a cara

Sería interesante saber que podría salir de un cara a cara entre la Empar Moliner de Liberación femenina, con el señor Bonifacio de la Cuadra de, Familia patriarcal y machismo asesino. Si ya en la campaña electoral americana hemos asistido al curioso duelo de una mujer en el estilo más fuerte de entender la política que le reprochaba a su contrincante varón su posible falta de coraje para la toma de determinadas decisiones, sería muy interesante y esclarecedor ver a una mujer sosteniendo que es la suya la posición de privilegio, frente a un varón para el cual la mujer sólo pueden ser vista como víctima, frente a un varón verdugo y asesino.
Pero es interesante también quedarse con el dato del CIREM según el cual el que hecho de que 32.000 mujeres con estudios superiores no se incorporen al mercado de trabajo supone la pérdida del 0,5% del PIB catalán. Qué no estará suponiendo para nuestra economía presente y futura los miles y miles de alumnos incapaces de acabar la ESO y que por tanto no podrán incorporarse más que a puestos de trabajo de muy baja cualificación, con el lastre que supone para cualquier economía en un mundo globalizado como el que vivimos.

07 junio, 2008

Derecho a la intimidad

Aún cuando comparto la argumentación de fondo que sustenta lo expuesto por Isabel Burdiel en: Telma Ortíz y la libertad de los modernos, en el sentido de reivindicar un espacio para la intimidad y la libertad individual, creo que se hace necesario matizar y añadir algunas cosas a lo que dice en su artículo.

Y esas matizaciones irían por el lado de que, si al viejo feminismo hemos de atribuir el esfuerzo de sacar a la mujer de su confinamiento privado en la casa, al terreno de lo público y social, no menos cierto es que el actual feminismo se ha construído bajo el lema de “lo privado, público” con toda la serie de consecuencias que eso, al menos en nuestro país, está representando de vaciamiento de la vida personal y familiar, espacio en el que los partícipes ni tan siquiera pueden decidir como repartirse las tareas del hogar y el trabajo fuera de casa, puesto que no sólo está recogido, parcialmente, en la legislación como haya de repartirse, sino que está siendo objeto constante de fiscalización por parte de los poderes públicos.

Pero más allá de esta consideración sería necesario hablar de un quiosco en el que se cuentan por decenas las revistas, dirigidas fundamentalmente al público femenino, cuyo principal contenido consiste en hurgar en la vida privada de los famosos, famosetes y demás, sin olvidar los programas rosa que llenan buena parte del horario de emisión en las televisiones y que hacen de nuestro país el reino del cotilleo. Hace bien la señora Isabel Burdiel en acordarse de los señores Berlusconi y Sarkozy, pero espero que no olvide que otros muchos miles de personas, particularmente mujeres, están empeñadas en el mismo objetivo señalado para ellos.

En fin podriamos quizá añadir que la sociedad de la que nos habla Constant y Berlin tiene al individuo, a la persona, como su núcleo fundamental, y no a los géneros como actualmente sucede en nuestro país.

Con esta breves notas ralizadas a vuela pluma y a instancia del artículo citado más arriba pretendo fundamentalmente, lo que con casi todas mis entradas, abrir un espacio para la reflexión y el debate que vaya un poco más allá de lo que nos ofrece el debate político y social oficial y os animo a que expongais vuestra opinión en un tema que realmente creo debe dar mucho juego a quienes creemos que la actual deriva de los géneros no nos conduce a una sociedad más abierta y plural, sino todo lo contrario.

05 junio, 2008

¿A la cola de Europa en Educación?

Los últimos informes relativos a la Educación no pueden ser más demoledores. Si en abandono escolar duplicamos la media de la Unión Europea de los 27, en cuanto al Nivel educativo de los jóvenes, nuestra posición (61´1%) dista 17 puntos de la media europea (78´1%) según los datos de Eurostat. Y la situación es tan grave que una publicación como Magisterio no considera improbable que para 2010 nos situemos a la cola de Europa. En este momento sólo dos países Malta y Portugal ocupan posiciones más rezagadas que nosotros.

No soy ningún teórico de la educación, ni tan siquiera un pedagogo, soy sencillamente una persona a la que le preocupan estos temas y ha procurado seguirlos un poco de cerca. Llevo varios años pronunciándome sobre este asunto, en esta bitácora y en algún otro foro. Por eso, aún cuando la constatación de lo anterior me desagrada profundamente, no por ello representa para mí una absoluta novedad, a tenor de la actuación de ésta y anteriores administraciones educativas, mucho más atentas a cuestiones de tipo ideológico y a negar la realidad de los datos, que a adoptar medidas que corrigieran una deriva cuyos resultados cada día se hacían más previsibles.

Paradigmático quizá de lo que digo sea que se ha dedicado más tiempo a debatir y hacer pronunciamientos sobre Educación para la Ciudadanía, que al diagnóstico de los males de nuestro sistema educativo. Educación para la ciudadanía que no ha dejado de provocar choques, el último con la Filosofía como muy bien se recoge en este otro número de Magisterio, http://www.magisnet.com/articulos.asp?idarticulo=3368&n_edicion=11789

(Merece la pena leerlo porque todo lo que en él se dice es interesante.)

Como dice Carlos Martínez Buján aquí: “… sigo echando en falta un diagnóstico certero de las raíces de los problemas de la educación”. Diagnóstico que por ningún lado el Ministerio apunta que vaya a realizar. Desde luego las POPIs que se anuncian estarán bien, siempre y cuando se sea consciente de que se trata de un parche y de que a lo que no se puede renunciar es a que un mayor número de alumnos, especialmente varones, puesto que es ahí donde se concentra el mayor volumen de fracaso y abandono escolar, consigan la graduación en ESO por el cauce normal y a la edad que les corresponde.

En mi opinión para abordar este gran asunto haría falta combinar tres tipos de medidas: las relativas al currículo, en el sentido de reforzar las materias instrumentales y evitar la excesiva fragmentación de las materias y dando entrada en la enseñanza a la informática y los informáticos; renunciar a convertir la enseñanza en un campo de confrontación sobre las convicciones personales y la moral, lo que exigiría que materias como la Religión pero también Educación para la Ciudadanía, al menos tal como ahora están concebidas, deberían quedar apartadas del sistema educativo, y eso, por las razones que tan bien explica Carlos Martínez en el artículo arriba mencionado y, finalmente, dos cuestiones que considero hay que poner sobre el tapete de forma urgente, cuales son: que la Administración y los agentes que intervienen en la Educación, deben considerar una prioridad el elevadísimo fracaso escolar masculino, al tiempo que se procura una composición más equilibrada de los sexos en el profesorado de las primeras etapas educativas.

Nada me hace ser optimista, ya que las medidas que la Administración viene adoptando en relación con el elenco de problemas planteados, van en una dirección bien diferente; y si lejana parece la solución de problemas como los de la asignatura de Religión o Educación para la Ciudadanía; el diseño del currículo no puede ser más opuesto a lo que aquí propugno, cada día más fragmentado y donde materias con contenidos académicos precisos son sustituidas por otras de nueva creación con contenidos más bien dudosos. Otro tanto de lo mismo sucede con el equilibrio de sexos, ya que justamente parece que lo realmente perseguido por las distintas instancias educativas es la completa feminización de los cuerpos de profesores de primaria y secundaria. En lo relativo a plantearse como un problema específico el fracaso escolar masculino, nada me hace albergar ilusiones de un Administración que, hasta el presente, los únicos problemas de género que parece estar dispuesta a admitir serían los del género femenino. En cualquier caso tenía interés en exponer cuál es mi visión sobre este gran problema para que si os apetece debatamos un poco en torno a él.

03 junio, 2008

Abandono educativo temprano

De nuevo las estadísticas de Educación nos recuerdan el escandaloso dato del abandono escolar en nuestro país, abandono al que hay que sumar otro no menos preocupante, cual es el de que esta situación de la Educación española no esté en la agenda de los políticos, preocupados eso sí por otros temas mucho más trascendentes y reformas varias que en lo relativo a la Educación lo único que están aportando es confusión y zozobra. El último episodio protagonizado por Filosofía e Historia
La situación puede resumirse en que el abandono escolar en España (31%) más que duplica el de la Unión europea de los 27 que se sitúa en el (14´8%); pero a mayores de esto, el diferencial entre hombres y mujeres es en nuestro país de 11 puntos porcentuales (36`1%) para ellos frente a (25´6 %) de ellas. En la UE-27 ese diferencial es de 4 puntos (12´7%) para ellas frente al (16´9%) de ellos.
Desconozco por qué para la administración educativa y el mundo político en general no es merecedor de estudio este diferencial entre chicos y chicas que terminará provocando desigualdades acusadas no sólo en el acceso al mercado laboral, también en el resto de opciones vitales, máxime si tenemos en cuenta que para otros aspectos no sólo se captan esas diferencias sino que se diseñan programas específicos, como uno que con el nombre de Penélope ha diseñado la administración para combatir de forma específica el consumo de alcohol entre las chicas.
En fin, la curiosa igualdad de género que detecta desigualdades allí donde le parece y las desprecia donde le da la gana. Quiero pensar que en el futuro este momento se estudiará preguntándose que tipo de gafas usaban sus ciudadanos ya que la sensación que se desprende es que algunos hechos se miran a través de un cristal ahumado que lo oscure todo, hasta impedir su visión y, sin embargo otros parece que se miraran a través de un cristal de aumento que los multiplicara varias veces.