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16 julio, 2008

Igualdad “sui generis”

¿Cómo debería llamarse el principio de igualdad según el cual: si yo gano menos que tú el sistema es injusto y discriminatorio, pero si soy yo quien gana más es porque me lo merezco? Aunque en otros momentos podría formularse diciendo que, si se trata de mi género, la norma a aplicar será la que más me favorezca en cada caso, y así en alguno será la de mérito y capacidad, en otros bastará con la titulación, y aún en unos terceros sencillamente con ser mujer. Si fuera el otro género el favorecido estaríamos ante la evidente constatación de la injusticia de la sociedad patriarcal y la permanente discriminación de la mujer.

¿Cómo calificar que el Consejero de Trabajo de mi Comunidad haya firmado con la Universidad un acuerdo con un coste de 120.000 € por el que, esta última, realizará un estudio sobre distribución entre los sexos de las tareas del hogar, con el hecho de que, recientemente en una entrevista a la prensa el propio consejero confesara que él en casa hacía más bien poco y cocinar no sabía? Dato que podríamos unir al hecho de que con anterioridad otra Consejería del mismo Gobierno financió una serie de entrevistas en la prensa a personajes públicos masculinos en las que, uno tras otro fueron relatando que procuraban hacer algo, pero al final era más bien poco lo que hacían. ¿Estaremos ante una nueva forma de despotismo ilustrado, según la cual la regla vale para los de abajo, la norma es para el pueblo, porque los que la elaboran y establecen con hacer eso ya tienen bastante?

Y volviendo a la encuesta, ¿qué sucederá con el cómputo cuando se trate de marineros que pasan temporadas en el mar, o camioneros que están en casa pocos días a la semana, o muchas otras situaciones en las que el hombre realiza trabajos difícilmente compatibles con las tareas del hogar? ¿Qué pasa cuando la mujer no trabaja fuera, o cuando realiza un trabajo a tiempo parcial? ¿Se tendrán en cuenta todas esas circunstancias, se pensará que lo lógico sería compensar un mayor esfuerzo fuera, con una menor dedicación en casa, o bien se hará tabla rasa de todas esas circunstancias y se medirá exclusivamente el trabajo en casa? ¿Cómo se comentará y explicará el resultado a los medios de comunicación, obviando esa dificultad y anunciando exclusivamente el porcentaje como viene siendo norma, o bien, se tendrán en cuenta el resto de las circunstancias? Cuando en una pareja los dos trabajan fuera y se tiene contratadao a un tercero para que realice el trabajo doméstico, ¿a quién se imputa? ¿A quién se imputa cuando existe ese mismo contrato y la mujer no trabaja fuera? ¿Esas circunstancias tendrán reflejo en el resultado de la encuesta? Quisiera equivocarme pero los antecedentes en este tipo de estudios han demostrado estar concebidos más para confirmar algo que ya se cree saber y buscar un titular de prensa, que con el objetivo de procurar los resultados matizados de un trabajo de investigación. (Y, ojo, que el tema tiene más interés del que parece, ya que cuando ese reparto no sea al 50% puede ser aducido por la mujer como causa de maltrato. Así están las cosas)

P.D.: Acabo de leer en un artículo de Luisa Castro feminista renombrada que: (y traduzco del gallego) “Lavar un plato me puede producir fácilmente una depresión de varios meses.” con lo que se entiende menos porque la encuesta se pasó en exclusiva a personajes masculinos.

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