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27 mayo, 2014

¿Violencia es violencia?

Aunque el título del vídeo es: Violencia es violencia, yo prefiero ponerlo entre interrogantes, porque aunque hablamos de los mismos hechos, la incansable labor del neofeminismo atribuyendo todas las violencias al varón, ha calado suficiente en la gente como para que vea dos cosas distintas donde solo debiera ver una.  Más que acabar con estereotipos, el neofeminismo ha generado unos nuevos, alguno tan repugnante como el que el vídeo destapa.







Elecciones europeas


Las recientes elecciones han puesto de manifiesto la fragilidad del proyecto europeo, un proyecto que siendo de naturaleza política se ha dejado a la inercia de lo económico, tal vez en la confianza de que de ese modo el terreno de la unión se iría allanando por sí solo y no haría falta nada más.

Lo que ha sucedido en Francia no es coyuntural. Se viene gestando desde hace muchos años y, teniendo que ver con muchas cosas el Frente Nacional ha tenido la habilidad de favorecer su lectura en clave de pérdida de soberanía y con la idea de que la “grandeur” todavía es posible.

Conviene no olvidar que la fallida Constitución europea donde encontró su principal escollo fue justamente allí y, básicamente, por motivos nacionalistas o, si se prefiere,  chauvinistas. Los argumentos para la oposición no tenían tanto que ver con la propia constitución, como con el hecho de que los franceses no la consideraron de su factura, y, en este juego, participaron casi todos a derecha e izquierda, sin darse cuenta quizá de que lo que estaban favoreciendo era a un planteamiento como el de Le Pen.

Algo parecido está detrás de lo que ha sucedido en estas elecciones en el Reino Unido. Se trata en ambos casos de países muy orgullosos de su historia que creen estar dando un paso atrás porque consideran que son más potencia por separado que en la Unión y no están acostumbrados a compartir protagonismo. Frente a eso la Unión Europea lo único que muestra es una enorme y profusa burocracia.

En cuanto a España han tenido la virtud de reflejar con bastante nitidez cómo vive la ciudadanía este momento de crisis social y económica. También de lo obsoleto de los planteamientos del bipartidismo, confiados en que el péndulo de los últimos treinta años seguiría funcionando, y la factura al PP supondría automáticamente la victoria del PSOE.

Hay que celebrar que, con Podemos lo del 15M haya tenido su reflejo político y haya servido para incorporar a la política a quienes de otro modo no lo harían.  No es poco en un país en que dicha actividad tiene la peor consideración.



21 mayo, 2014

Esperanza de vida

Soy de la opinión de que las mujeres se reservan en el terreno laboral y familiar lo que llamo “centro” obligando de ese modo a los varones a situarse en la “periferia”, del mismo modo que en el plano intelectual se han reservado el género como materia exclusiva en tanto que los varones hemos de contemplar una humanidad indiferenciada por sexos. Y de ahí lo que sigue.

Vivimos en un mundo de géneros, hasta el punto de que es imposible sustraerse a esa realidad sea que estemos viendo la televisión, nos interesemos por la campaña electoral, vayamos a nuestro trabajo o nos encontremos con nuestra familia. Una circunstancia que, promovida por el feminismo, ha calado tan profundamente en toda nuestra vida social que ahora mismo son los poderes públicos sus principales valedores. Y eso desde una perspectiva unilateral porque, y lo digo como regla general, por el lado de los varones es una realidad que sea por temor, incomodidad o cualquier otra causa se niegan a abordar abiertamente.

Y así aunque el hecho constatado de que la esperanza de vida de las mujeres es más alta, en algún caso como España con una diferencia de más de cinco años, los hombres nos situaríamos por debajo de los 80 mientras las mujeres llegarían a los 85, y hábitos religiosos diferentes, al menos si tenemos en cuenta la asistencia a las iglesias, si el estudio está hecho por un varón esos dos factores se obvian para pretender que se puedan extraer conclusiones sobre la religiosidad de las personas mayores. Pero es que esa es la tónica general sea que se analice la economía, la salud o la escuela; los estudios de género son exclusiva femenina.

Y la cosa si se quiere es más peliaguda: recientemente la OMS publicó su última estadística según la cual las mujeres españolas aparecían como las más longevas del mundo después de las japonesas, y un periódico de referencia como El País publicó la noticia junto con otros datos, algunos de varones de otros países, pero no consideró relevante dar la cifra de la esperanza de vida de los españoles.

Si desde el lado femenino los estudios se hacen con base en el género, pero desde el masculino eso se obvia, lo más probable es que suceda lo que a diario se nos trasmite, que los mensajes en los que se presenta a las mujeres como mucho más cargadas de obligaciones se multiplican, al tiempo que se hurtan aquellos otros de naturaleza objetiva que desmienten una mejor calidad de vida de los varones, sea que atendamos a: la esperanza de vida, la accidentalidad, el suicidio, la posibilidad de padecer una enfermedad mental grave o la de formar parte del grupo de los sintecho.

Y es por eso que si no queremos que esta visión unilateral se siga produciendo y clarificar el comportamiento de hombres y mujeres en la sociedad, teniendo en cuenta que aquella anunciada desaparición de los roles se ha demostrado una falacia, estamos obligados a tenerlos en cuenta en estudios como estos que comentamos: También para revisar esa noción de “pensar en abstracto” como símbolo de inteligencia ya que aunque las mujeres recurren menos a ella no parece que eso esté redundando en una peor calidad de vida, ni en una menor inteligencia social.

16 mayo, 2014

La onmipresencia del tema de género



Lo políticamente correcto y la omnipresencia del tema de género como único medidor del progreso social nos aprisiona de tal modo que el foro público está francamente mermado de temas que debiendo ser tratados permanecen en letargo sin que nadie se atreva a abordarlos. Que no se esté produciendo un debate sobre Europa cuando todos los indicadores de algún modo nos están advirtiendo de que algunas cosas no marchan: el desconcierto sobre lo que haya que hacer para avanzar en una dirección federal con una estructura institucional plenamente democrática, la pérdida de peso en el mundo o la posición relegada que ocupamos en las tecnologías punteras e Internet debieran ser motivo suficiente para que se estuviera hablando de ellos pero nada de eso está ocurriendo.



En lo que se refiere al plano nacional ocurre otro tanto de lo mismo. Llevamos ya unos cuantos años de crisis económica y el debate es tan pobre que no se sabe si aprendimos algo o estamos peor en cuanto a explicación de lo que pasa que al comienzo. Los estudios de detalle no existen y todo se resume en si los indicadores macroeconómicos están indicando algo positivo o todo lo contrario porque nadie parece ser capaz de sustraerse a la pobre dialéctica de los partidos políticos. Pretender que en este contexto se pueda establecer un diálogo mínimamente civilizado sobre la dimensión del sector público, la economía sumergida, o sobre cómo acelerar los plazos para dar ocupación a los millones de parados resulta absolutamente imposible si recordamos lo acontecido en el debate educativo, no digamos ya si lo que se pretende abordar es el crecimiento exponencial de la obesidad mórbida, el suicidio o la crisis demográfica. Lo del currículo de matemáticas en este cotexto parece una nimiedad aunque en absoluto lo sea.


08 mayo, 2014

Un apunte sobre educación


A estas alturas parece haber bastante consenso y coincidencia en la consideración de que el sistema educativo finlandés es un sistema de éxito, quizá el más exitoso de Europa, aunque efectivamente haya aspectos susceptibles de mejora. También que, aunque a regañadientes de muchos y muchas, nuestro sistema educativo da muestras de no funcionar y de necesitar mejoras. Pero, a partir de aquí ya todo se traslada a esas esferas que dejan de ser abiertas y transparentes a la opinión pública y en la que no es posible distinguir los argumentos de unos y otros, ni las razones en que apoyan sus propuestas.


A mí me llaman enormemente la atención dos de ellas por chocar tan profundamente con lo que el sistema finés hace. En ese sistema los alumnos no se incorporan a la escuela hasta los 6-7 años y sin embargo a los 15 tienen el mejor nivel y, además, los alumnos de los primeros cursos tienen 15 minutos de descanso, por cada 45 de clase, tiempo que los alumnos aprovechan para salir el exterior y correr por el patio. Mientras tanto en nuestro país todos los intentos se centran en lograr la escolarización universal desde los 0 años, aunque el hecho de que ya lo sea desde los 3 desde hace tiempo no ha supuesto ninguna mejora en el rendimiento escolar a los 11 años y, contra todo pronóstico, varias administraciones educativas están estudiando prohibir la práctica del fútbol en el, a veces, único recreo del que gozan los alumnos en una jornada continua más propia de adultos.


Y eso a pesar de que los estudios corroboran que la práctica de un deporte en el horario de recreo mejora el rendimiento, entre otras cosas porque el cerebro precisa oxigenación y la práctica deportiva lo favorece. No hay sin embargo ninguna evidencia de que la reducción de la edad de escolarización haya supuesto mejora alguna de los resultados de nuestros estudiantes. Es por eso que llama la atención la ausencia de pronunciamiento de quienes más saben de estas cosas y todo lo decidan comisiones de “expertos” que paradójicamente suelen ser los mismos que nos trajeron hasta donde ahora estamos. Caminamos en sentido opuesto al sistema finés pero a nadie parece llamarle la atención ese hecho. El debate social y político en nuestro país está reconducido hacia donde unos pocos desean y mientras tanto los problemas de todo orden en lugar de en vías de mejora llevamos muchos años constatando que van a peor.



01 mayo, 2014

Por qué le llaman igualdad si en realidad es otra cosa



En la sociedad en que vivimos se ha sustituido el principio de mérito por el de igualdad, al menos eso es lo que nos dicen los grandes titulares, aunque luego cuando uno lee la letra pequeña siempre sucede que en realidad de lo que se trata es de igualdad de género: un catálogo de reclamaciones, elaborado por el feminismo institucional, en el que se recogen los ámbitos en los que la mujer debe alcanzar el mismo nivel de participación que el varón relacionados siempre con las profesiones de mayor remuneración, poder y prestigio.

La extrañeza surge cuando uno observa que no se trata de un principio de carácter general ni de una norma con reciprocidad, sino de lo dicho: un catálogo de exigencias del feminismo institucional basado en la presunción de que el varón jamás es merecedor de ninguna acción positiva, ni por supuesto de exigir cualquier tipo de paridad en aquellos ámbitos en los que la mujer es ampliamente mayoritaria. Piénsese por ejemplo en la presencia en la universidad, o las profesiones relacionadas con la sanidad, el derecho de familia o la educación, no digamos ya la igualación de derechos en ámbitos como el derecho de familia, o la custodia compartida.


Esto es lo que ahora mismo nos anuncia la Unión europea:

http://europa.eu/legislation_summaries/employment_and_social_policy/equality_between_men_and_women/index_es.htm


Y este es el texto de la Ley de igualdad que rige en nuestro país.

http://noticias.juridicas.com/base_datos/Admin/lo3-2007.html



P.D. ¿Qué sucederá ahora que Ucrania restablece el servicio militar obligatorio para los varones? ¿Tolerará el neofeminismo que se dé a la mujer un trato diferente?

A los que culpan a los varones de todas las guerras: ¿con este tipo de decisiones puede ser de otra manera?